miércoles, 10 de junio de 2009




POR SI ESTA FUERA LA ÚLTIMA VEZ QUE ME VIERAS.

Por si esta fuera la última vez que me vieras, abrázame cómo tanto me gusta.
Si supieras que esta es la última vez que vas a cruzar esa puerta ¿me darías otro abrazo y volverías sobre tus pasos para darme otro más?
Si supieras que esta es la última vez que vas a oír mi voz ¿grabarías mis palabras en tu mente para escucharlas una y otra vez?
Si supieras que estos son los últimos momentos que vamos a pasar juntos ¿me dirías que me quieres o asumirías tontamente que lo sé?
Siempre hay un mañana y la vida da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si nos equivocamos y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte que te quiero ¿Me lo dirías tú?
El mañana no está asegurado a nadie y hoy puede ser la última vez que me veas. Por eso, no esperes, hazlo hoy por si el mañana nunca llega.
Seguramente lamentarás el día que no me tomaste tiempo para darme un beso, una sonrisa, un abrazo o concederme un deseo.
Mantenme cerca de ti, dime al oído que soy algo precioso para ti, toma tu tiempo para que estemos juntos, dime “gracias” y palabras lindas después de hacer el amor.
Así, si el mañana nunca llega, no sentirás remordimientos por lo que no me has dicho o dejaste de hacer.
No podré recordarte por tus pensamientos secretos, pero sí por las palabras sinceras que me dijiste y por las cosas buenas que hicimos juntos.
Pídele a Dios fuerza y sabiduría para entender que nuestra relación es un regalo que El nos ha dado y debemos recibirlo con alegría.
UN PASEO EN BICICLETA
Freddy Reyes ha escrito un libro en el que cuenta sus recuerdos de infancia en San Pedro de Macorís, como también los episodios de su primera juventud, incluyendo sus primeras experiencias sexuales, la persecución política de su padre, cómo se manejaba la vida de los ciudadanos de ese tiempo, y también cómo le afectó el divorcio de sus padres. Eso y mucho más contado de manera amena y hasta irónica hacen del libro es una gozada.
Mucha gente quiere escribir y se frena porque piensa que para hacerlo debe tener estudios previos, habilidades extraordinarias o haber participado en talleres de literatura. El Paseo, como se titula el libro, nos demuestra lo contrario, y cómo de forma ágil, escribiendo según nos dicta el corazón se logra, como lo ha logrado Freddy Reyes, atraparnos y envolvernos en lo que fue su vida en ese San Pedro de Macorís esplendoroso, cuna de poetas magistrales y hoy de peloteros de gran fama. Algo que todo petromacorisano debe leer. Ahí está La Arena, con sus putas y chulos, la cual yo conocí a fondo cuando fui Fiscal en ese pueblo por el año 1981-82. También nos cuenta de las tías que lo criaron a él y a su hermano, y cómo lograban soliviantar con blancas mentiras la rigidez de aquella señoras que aspiraban a que ese par de muchachos llegaran a ser profesionales universitarios y hombres de bien.
Las cosas eran distintas en esos años. La disciplina, la obediencia, el respeto y el buen comportamiento, eran la meta de toda familia honesta. Pero había algo más: La Dictadura. Esa que marcó la vida de Freddy Reyes y a millares de dominicanos. Para ese entonces, había que callarse muchas cosas y hacerse sordo a otras tantas. Así, el autor de este libro, siendo todavía un niño, tuvo que pronunciar un discurso escrito y amaestrado por otro, para salvar a la familia de mayores inconvenientes.
Freddy Reyes narra episodios y anécdotas con tanta naturalidad como se daba por el pueblo los paseos en bicicleta. Paseos para pasar ante la casa de la muchacha a la que se pretendía enamorar, como también cuando que se vio obligado a usarla para ir de su casa, a las cinco de la mañana y llegar a tiempo, a cumplir con el Servicio Militar Obligatorio. De no hacerlo, podía costarle la cárcel, sin derecho a réplica. Muchos recuerdos que compartimos en miedo y terror, como cuando pasaban por la noche los carritos cepillos y a una se les paralizaba el corazón, y al otro día, el vecino apresado, aparecía muerto y tirado en la cuneta.
En El Paseo, como si fuera en bicicleta, Freddy nos lleva también por libros y poemas, por frases históricas y filosóficas, personajes presentes y otros idos. Hay un capítulo que me dejó con la boca abierta: En el que cuenta de cómo la amistad con un joven médico nazi, algo increíble, salvó la vida de Pichirilo y otros marineros. El libro está como para comentarlo entre amigos saboreando una buena taza de café o unas cervecitas bien frías. También, como una guía, para quien quiera escribir sus experiencias.
Ligia Minaya
Denver, Colorado

LA GUERRA DE LOS SEIS AÑOS

LA GUERRA DE LOS SEIS AÑOS
Es el título del más reciente libro de Rafael Chaljub quien para bien de todos, y sin abandonar sus inclinaciones políticas de izquierda, se ha dedicado a la investigación histórica y cultural. La Guerra de los Seis Años, llevada a cabo de manera sangrienta y horrorosa, como toda guerra, se sitúa en uno de los tantos gobiernos de Buenaventura Báez. Un episodio de nuestra historia que pocos conocen. En él están todos los detalles y las atrocidades que durante esa época se cometieron. Es un libro escrito de manera sencilla y al alcance de todos. Ahí está cómo se fraguó la venta de la Bahía de Samaná y luego la de todo el territorio nacional, a los norteamericanos. Encontrará con nombres y apellidos los valientes que se opusieron a dicha felonía y qué pagaron con sus vidas, el exilio o la cárcel, y también los que querían por un puñado de dólares vendernos a los gringos. Si no hubiera sido por dominicanos valientes y aguerridos, quizás hoy tendríamos otro Guantánamo para vergüenza de todos.
Buenaventura Báez, colaboró con la ocupación haitiana, consiguió junto a Santana anexionarnos a España, nos quiso vender a Francia y por último a los yankees. En este intento llegó a ofrecer tirar la bandera dominicana a la basura tan pronto le entregaran el dinero y aparecieran dos barcos en aguas nacionales. ¿A qué y a quien nos recuerda esto? Solo hay que ver lo que sucede hoy y vendrán a nuestro encuentro nombre y apellidos. Pero bueno, sigo con el libro. Cuenta Chaljub que Báez, al pisar suelo dominicano a su regreso de Europa, “con ostensible sorna, le comentó a su padre: En un país tan atrasado y pobre como éste, lo único que puedo hacer es ser Presidente de la República”.
Con datos, fechas e investigación a fondo, encontramos paso a paso, lo que fue la lucha entre rojos y azules, y una guerra por la soberanía que bien puede llamarse Nuestra Tercera Guerra por la Independencia. Sin embargo, este tiempo histórico, doloroso y sangriento es pocas veces tratado por los historiadores. Aquí podrá encontrar cómo muchos de los que lucharon por la Independencia se arrimaron a la Anexión y cómo Báez puso aprovecharse al máximo del transfuguismo y utilizó todos los medios a su alcance para llenarse los bolsillos. Encontrará traidores que hoy se tienen como héroes y sus nombres figuran en calles, y quizás alguno arrepentido y vuelto al redil. Tanto ayer como hoy, hay pecados sin absolución, traiciones irredimibles y actitudes amparadas por la impunidad. Y yo me pregunto ¿será el transfuguismo una herencia a la que acuden cada vez más nuestros políticos cuando que quieren llenarse los bolsillos?
La Guerra de los Seis años debería ponerse de libro de texto en las escuelas. Aquí se ve la mancuerna que formó Báez con Santana y cómo cada uno se presentaba ante el pueblo con su disfraz de civilista, de progresista, cuando en realidad sólo querían el Poder, cayera quién cayera, y en contra de los trinitarios y febreristas. Un libro que recomiendo.
Ligia Minaya
Denver, Colorado.

POR SI ESTA FUERA LA ÚLTIMA VEZ (anónimo)